domingo, 16 de abril de 2017

HABÍA UNA VEZ!

Lo que presentare en este escrito es salido del sentido común (en otras palabras, es pura m#$$a).
Y como es salido del sentido común, que es lo mismo que mentir, suponer, prejuzgar, etc. Haré, un pequeño cuento salido de la pura imaginación, para que ustedes se diviertan con una fantástica aventura.

Comenzaré como comienzan los grandes cuentos…

Había una vez…
Un hermoso pueblecito al sur de un hermoso valle, lleno de montañas, tierras cultivables, cielos azules en la mañana, y rojos detrás de las cordilleras en las tardes, de habitantes amables, que iban a bañar a una enorme variedad de ríos que este pueblo tenía. Las riquezas de este hermoso lugar eran incalculables, poseía muchos recursos naturales, tierras estupendas para sembrar cualquier tipo de planta, pisos térmicos y una cultura propia enorme la cual fue descuidada.


--Pero como en todo cuento es mi deber como dueño de este pequeño escrito, aunque no sea de mi agrado, presentarles a los antagonistas del cuento, estos sujetos que no tenían ninguna clase de sentimiento por el prójimo y mucho menos educación--. Resulta que estos terribles seres se apoderaron de los recursos de todos los habitantes del pueblo, les quitaron la salud, el trabajo, la educación y hasta les vendían a otros OGROS iguales que ellos las propiedades de los habitantes que debido a su ingenuidad se dejaban engañar. También, estos malvados seres vivían intranquilos, con afanes, pensando en cómo sacar ventaja de todo en cuanto hacían, dedicándose solo a mentir y estafar, para vivir como reyes a costa de la miseria y el hambre del humilde y trabajador pueblo.

Así, pasaron años entre atropellos y ultrajes. Estos OGROS tenían a todo el pueblo en caos, nada estaba bien. Con sus hechizos mágicos y discursos prometedores de grandes avances y mejoras, los cuales siempre resultaban falsos, se ganaban a los ciudadanos los cuales  contentos se embriagaban y al son de un buen plato de lechona siempre elegían a uno de estos OGROS sin saber el daño que se estaban haciendo.

Hasta que un día, después de tanto agotamiento, donde ya los OGROS tenían casi que acabado por completo este hermoso pueblo, los HABITANTES al ver que no poseían mucho y aquellos OGROS tenían las ropas más finas, los mejores carruajes y hacían lo que querían, descansaban y se dedicaban a una vida de placeres; ellos (los habitantes), vestían harapos y comían de sus sobras, se les había olvidado leer y escribir y solo les importaba ganarse cualquier cosita para sobrevivir, no tenían tiempo para vacacionar o para disfrutar de una tarde al aire libre, pues eran esclavos de estos OGROS y eso mismo era lo que los tenia cansados.

Así pues que entre correrías y ocultos entre la noche, varios de esos habitantes, se estaban reuniendo, para organizar una REVOLUCIÓN tan GRANDE, que ninguno de esos OGROS iba a poder detenerla. Luego de un trabajo arduo, de llamados a la UNIÓN y mucha astucia, poco a poco fueron llegando los habitantes cansados de tanto mal, de tanto ultrajo y humillación, creciendo en número y fortaleciendo sus habilidades, conformando así ríos de gente dispuesta a luchar por lo que les correspondía. Llegado el momento, y no aguantando más presión, toda esta cantidad de sentimientos guardados y oprimidos se dejaron salir…

Lo que paso en ese momento, nunca antes había ocurrido, tanto ímpetu, tanta furia, tanta pasión y ganas de hacer justicia por todo el daño que recibieron durante demasiado tiempo, paso su cuenta de cobro. Acabando así con tanto abuso, desterrando aquellos OGROS, limpiando su hermoso pueblo de tanto mal y porquería, lograron los habitantes unidos llenarse otra vez de fiestas y carnaval, de alegrías y comparsa, de compañerismo y solidaridad, de actitud y verraquera, para que así nadie nunca más los quisiera engañar y les quitara lo que tanto trabajo les costó conseguir, este pueblo después de DESPERTAR, tuvo un hermoso futuro y sus habitantes vivieron felices para siempre.

Jhoan Ramírez, 06 de abril de 2017.